Anatolia
 Los comienzos de la humanidad La Caverna de Karain guarda las primeras
Los comienzos de la humanidad La Caverna de Karain guarda las primeras 
huellas de la humanidad en tierras anatolias. Pertenecen al periodo paleolítico 
pues se remontan a hace unos 100.000 años a.C. aunque el número de asentamientos 
aumentó considerablemente alrededor del año 8.000 a.C. De esta época se han 
encontrado asentamientos en Çayönü y Hacýlar. En Çatalhöyük hay hasta doce 
yacimientos que oscilan entre los 6.500 y el 5.650 a.C. nos han revelado la 
primera urbanización organizada en la historia de la Humanidad, con una 
población de unos cinco a diez mil habitantes.
Entre los siglos V a.C. y III a.C. se desarrolla la cultura asiria, sobre la 
zona de Kultepe. Por aquel entonces ya tenían desarrollado una importantísima 
red comercial, donde se importaban y exportaban todo tipo de productos.
La cultura hitita 
Los hititas fueron los primeros en fundar un estado indoeuropeo en el año 
1.800 a.C. Este pueblo llegó a dominar Babilonia. Los hititas cobraban impuestos 
y concedían autonomía a los pueblos siempre que no opusieran resistencia. Su 
máximo esplendor duró entre el 1.450 a. C. hasta el año 1.200 a.C. Fue entonces 
cuando los tracios y otros pueblos comenzaron a invadir el Imperio Asirio, 
dejando solo pequeños asentamientos. A su época se la conoce como el Imperio 
Nuevo, con capital en Hattuþaþ (la actual Boðazköy).
Entre los siglos XV y XIV a.C. los hititas se enfrentaron a los hurritas, 
pueblo que se localizaba en la región del Alto Eúfrates, con el Imperio de 
Mitanni y con os bárbaros de la región del Ponto. Así, los hititas ensanchaban 
su imperio desde la Región del Mármara hasta los países a lo largo del Río 
Eúfrates.
Con el siglo XIII llegaron los primeros enfrentamientos con los egipcios. 
Durante el reinado de Ramsés II los enfrentamientos por la repartición de Siria 
llevaron a la rubrica del primer tratado de paz de la historia, firmado en 
Kadesh en el año 1285 a.C.
Pero en los últimos siglos del Imperio, la organización se fue debilitando 
hasta que en el siglo VII se formaron las ciudades soberanas. Los hititas 
dejaron para la posteridad un importantísimo legado artístico que demuestra el 
desarrollo de esta gran cultura. Los principales yacimientos arqueológicos se 
encuentran en Hattuþaþ, Yazýlýkaya, Alacahöyük, Malatya, Karkamiþ, Sakçegözü, 
Zincirli y Karatepe.
Las civilizaciones de Urartu y Frigia
Junto al Lago Van, hacia el año 1.000 a.C., mientras que el Imperio Hitita se 
está deshaciendo, comienza a desarrollarse una cultura que alcanzaría un 
desarrollo increíble, la Urartu, probablemente descendientes de los hurritas. Su 
mayor logro fue el desarrollo de la metalurgia y el bronce hasta el siglo VI 
a.C. Los asentamientos más importantes de esta cultura se encuentran en 
Altintepe, Toprakkale y Çavuþtepe aunque hay más repartidos por toda Antolia 
Oriental. 
En el siglo XIII a.C., los frigios cruzaron el estrecho de Dardanelos y el 
estrecho del Bósforo. Se asentaron sobre la región septentrional de la Anatolia 
Central, donde crearon una poderosa civilización muy avanzada. 
Las primeras fuentes escritas que mencionan a los frigios (La Iliada) dicen 
que fueron los aliados de los troyanos en la Guerra de Troya. Esta civilización 
ha dejado muestras artísticas repartidas por asentamientos en Gordion, Aslankaya, 
Aliðar, Alaca y Pazarlý, antes de borrarse del escenario de la historia durante 
el periodo de la gran invasión persa del siglo VI a.C.
Lidios, licios y carios 
Los carios eran descendientes de los lelegianos inmigrados a Anatolia durante 
la época de la civilización micénica del rey Minos. Los lidios y los licios, 
según se cree, eran los pueblos autóctonos de Anatolia, Zante, la Capital de 
Licia, nos da las obras de arte más bellas de esta cultura original (600 200 
a.C.). 
Sardes fue la capital de Lidia. Se desarrolló entre el 600 y el 200 a.C. y 
fue la mayor fuente de inspiración de arte helénico de Anatolia. Se cree que 
probablemente fueron los primeros en acuñar moneda. El más famoso de sus reyes 
fue el rey Creso, cuya capital se asentaba cerca de la zona del actual río 
Gediz. 
En cuanto a la civilización caria, se desarrolló en ciudades como Halicarnaso 
(la actual Bodrum), Afrodisias, Miletos y Esmirna (la actual Ýzmir). En 
Halicarnaso está una de las siete maravillas del mundo, el monumento funeral del 
sátrapa persa Mausolo. En cuanto a Afrodisias, probablemente sea una de las 
ciudades más bellas de la antigüedad. 
Los pueblos marineros 
A partir del siglo XII a.C. los pueblos marineros que los antiguos egipcios 
llamaron `pueblos del mar´, invadieron no solamente las tierras de Anatolia, 
sino también todo el Oriente Medio. Los acadios, los lelegianos, los jonios, los 
dorios, los griegos, los micénicos, llegaron unos tras otros... Tuvieron que 
atravesar el estrecho de los Dardanelos para poder establecerse en las costas 
del Mar Negro, para lo cual tenían que pagar peaje a los troyanos. En La Iliada 
se cuenta como vencieron a los troyanos y consiguieron cruzar el estrecho sin 
pagar.
Los pueblos del mar se asimilaron con los pueblos autóctonos de Anatolia, 
cuyas culturas se mezclaron y se enriquecieron. El culto a la diosa madre 
Cibeles, que existía en Anatolia desde tiempos inmemoriales, fue adoptado por 
los Pueblos del Mar mientras que el poderoso Zeus se debilitaba frente a 
Artemisa en Jonia y Afrodita en Caria.
De esta forma, la cultura de los recién llegados se asimiló a la de los 
pueblos autóctonos de Anatolia, dando lugar a la civilización helenística, que 
dejó los legados de personajes de la talla de Tales, Diógenes o Estrabón. Las 
civilizaciones de Anatolia alcanzaron los niveles más altos en la filosofía, las 
matemáticas, la geometría, la astronomía, la astrología, la pintura, la 
escultura, el mosaico, la cerámica y muchas otras ciencias y artes. 
La invasión persa 
Los persas empezaron a invadir Anatolia a partir del siglo V a.C. llegando a 
Grecia durante los reinados de los emperadores de Ciro, Dario y Jerges. No todo 
fueron victorias, los persas perdieron batallas vitales como las de Maratón, 
Salamina y Platea aunque la dominación continuó hasta el siglo IV a.C. 
La Época Helenística 
Uno de los momentos de oro de la cultura europea y asiática comienza con la 
llegada de Alejandro Magno a las tierras de Anatolia, en el año 334 a.C., es la 
época helenística. 
El emperador consiguió minar al Imperio Persa venciendo varias veces a Dario, 
extendió su dominación hasta la India; mientras tenía un pie en las 
civilizaciones orientales, era venerado en Egipto como el hijo del dios Amon y 
adorado en todo el país persa. Sin duda, Alejandro Magno impulsó la síntesis 
entre las civilizaciones occidental y oriental. El reino de Pérgamo, que se fundó después de su muerte y dominó en Eolia y
El reino de Pérgamo, que se fundó después de su muerte y dominó en Eolia y 
Jonia (283 133 a.C.) alcanzó un nivel de civilización sin igual, creando las 
ciudades más bellas y prestigiosas de Anatolia, como Hierápolis o Antalya. 
Mientras, en Bitinia, se desarrolló un arte con un alto nivel artístico pero con 
un carácter más oriental.
La época helenística constituye el mayor desarrollo en ciencias como la 
arquitectura y la urbanística. Es la época de la fundación de la Escuela de 
Arquitectura Jónica. Gracias a ella se construyeron templos tan bellos como 
Artemisia, Dídimo o Euromos ciudades tan bien planeadas como Priene, Mileto, 
Teos o Magnesia. Pero no era esta la única cultura que estaba alcanzando su 
mayor esplendor cultural. En Pérgamo existía una biblioteca con más de 200.000 
pergaminos, era, sin duda, el mayor centro científico de la época. 
Época romana 
A la muerte del último rey de Pérgamo, Atalo III (133 a.C.), Pérgamo pasó a 
formar parte del Imperio Romano. Los romanos vencieron al rey Mitrídates del 
Ponto y llegaron a extender su territorio por toda Anatolia. Los recién llegados 
también aportaron su granito de arena al desarrollo cultural, con grandes 
construcciones en ciudades como Éfeso, Mileto, Foçea, Tarsus, Filadelfia, 
Tralles (Aydýn) y Assos. También fundaron nuevas ciudades como Iconio (Konya), 
Cesarea (Kayseri) y Sebsteia (Sivas).
Zonas como Pamfilia, donde estaban Perge, Side, Aspendos, Jaunos, Antifelos, 
Mira y Termessos, alcanzaron su máximo apogeo. El reino de Comagene se 
desarrolló en un breve periodo (69 34 a.C.) en la zona de la Anatolia oriental. 
Esto no impidió que consiguiera construir uno de los santuarios más hermosos de 
Turquía en el Monte Nemrut. 
El Cristianismo y Bizancio 
Muchos de los episodios del Antiguo Testamento se desarrollaban en Anatolia, 
de ahí que de siempre se considera a esta zona tierra sagrada. El arca de Noé se 
había quedado atrapada en el monte Ararat, Abraham había vivido en Urfa y 
Harran. Tras la fundación del cristianismo, San Pablo nació en Tarso y recorrió 
Anatolia, los apóstoles adoptaron por primera vez el nombre de `cristiano´ en la 
caverna de San Pedro de Antioquia (la actual Antakya), San Juan Evangelista 
escribió su evangelio en Éfeso y la Virgen María pasó sus últimos años de visa y 
murió en la misma ciudad. Las siete iglesias del Apocalipsis fueron fundadas en 
estas tierras y los primeros concilios ecuménicos fueron organizados en Nicea 
(Ýznik), Éfeso y Calcedonia (Bitinia). 
Una de las fechas claves para la historia de Turquía es el año 330 cuando 
Constantino el Grande trasladó su capital a Constantinopla, la `ciudad de 
Constantino´ (Ýstanbul). Poco después, se adopta el cristianismo como religión 
oficial del estado bizantino convirtiendo la ciudad en el centro de una gran 
civilización. 
El Imperio Bizantino no solo desarrolló obras artísticas de gran calidad, 
sino que consiguió resistir a los ataques árabes (siglo VII) y de los primeros 
pueblos bárbaros (XI). Las tierras de Anatolia fueron el escenario de once 
cruzadas. En 1071 el emperador romano Diógenis fue vencido por los turcos 
selyuquíes, en la batalla de Mantzikert (Malazgirt). Es el comienzo de la 
decadencia del Imperio Bizantino. Constantinopla sería conquistada en 1453. 
Los Selyuquíes, los Otomanos y la República de Turquía 
Los clanes y tribus nómadas turcos habían desarrollado su civilización en 
Asia Central durante más de mil años, huyeron hacia Anatolia debido a la sequía 
y la hambruna que asolaba sus tierras. A su llegada a la península de Anatolia 
ocuparon vastas tierras fértiles inhabitadas y se asimilaron con los pueblos 
autóctonos. Es el comienzo de una nueva época. Nacieron así dos de los más 
poderosos reinos de la península: los selyuquíes de Anatolia que reinaron desde 
mediados del siglo XI hasta mediados del siglo XIII cuando la gran invasión 
mongólica devastó Anatolia y los turcos otomanos que fundaron uno de los 
imperios más grandes del mundo entre los siglos XIVXX durante los cuales 
adornaron este país con numerosas obras de arte crearon nuevas riquezas y 
bellezas. 
Los selyuquíes fueron los que fundaron el primer estado turco en Anatolia, no 
intervinieron de ninguna manera ni en las creencias, ni en las formas de vivir 
de los distintos pueblos que habían inmigrado a estas tierras antes de ellos y 
habían adoptado la fe cristiana durante la época bizantina; al contrario, acabaron 
con las opresiones feudales existentes sobre estos pueblos y lograron establecer 
un orden público. 
Los turcos otomanos buscaron y consiguieron una paz interna lo que ha 
posibilitado la convivencia pacífica de un amplio mosaico de pueblos en Anatolia 
durante un periodo de más de mil años. 
Antes de la llegada de los turcos, las rutas comerciales más importantes (la 
ruta de la seda, la ruta de las especias, la ruta de Marco Polo...) pasaban por 
Anatolia. Buscando mejorar y aumentar ese comercio, los selyuquíes construyeron 
centenares de caravasares sobre estas mismas rutas para resucitar el comercio 
entre Europa y el Lejano Oriente, interrumpido durante la decadencia del Imperio 
Bizantino. 
Los otomanos fueron los que impulsaron el avance en la arquitectura, con un 
estilo propio, una vez que dejaron la vida nómada para asentarse. El máximo 
desarrollo se dio en Ýstanbul con mezquitas, baños, albergues de caridad, escuelas, 
fomentando el arte en todas sus formas. 
El viejo Imperio Otomano se mantuvo hasta el fin de la Primera Guerra Mundial 
cuando nació la República de Turquía en 1923 después de una penosa Guerra de 
Independencia. El fundador de la nueva república fue Atatürk. 
Turquía es un estado laico y democrático. Un país en vías de desarrollo 
gracias a una política económica, adoptada desde 1923, formando una parte vital 
del mundo occidental. Es una República basada en un sistema parlamentario democrático. 
La Asamblea Nacional es elegida por el pueblo y el poder ejecutivo recae en el 
Consejo de Ministros presidido por el Primer Ministro. Turquía es miembro de la 
OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico), de la Organización de 
Cooperación Económica del Mar Negro, de la OTAN, del Consejo de Europea, del 
Parlamento Europeo, de la Asociación de la Conferencia Islámica, así como 
miembro asociado de la Unión Europea. 
La economía turca se basa principalmente en el turismo pues disfruta de uno 
de los legados de la historia más importantes del mundo así como la naturaleza 
que se desarrolla en todo su esplendor. El cultivo de trigo, arroz, algodón, té, 
tabaco, avellanas y frutas es otro de los puntos fuertes de la agricultura. A 
través del Plan de Desarrollo del Sureste (GAP) se ha desarrollado enormemente 
este sector, a través de canales, centrales hidroeléctricas y canales de regadío. 
Este plan incluye la Presa de Atatürk que está dentro de las diez presas más 
grandes del mundo. Además, parte de la población trabaja en las minas de carbón, 
cromo, hierro, cobre, bauxita y azufre.



2 Comments:
Un blog muy interesante. Gracias por tus aportaciones.
Muchas Gracias por compartir ; Realmente muy interesante
MaRainbow
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